Mis voces (Corvux Corax)

obra conceptual en 22 narrativas

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Corvux Corax

Nacimiento

Estuve adentro el tiempo permitido que duró el viaje.

No solo madre fue tu dolor, también fue mío.

No solo decidieron traerme a este mundo, también mi salida del nido.

Igual que a vos, igual que a todas las personas.

Y nací con el calor de Enero, en la mitad del día y la noche.

Y soy más noche que día.

Un nuevo viaje comienza…

Cuervo: Hola mundo, he llegado.

4R14N

Él estaba acá cuando llegué.

Él ya estaba en este frío infierno.

Fue encerrándose en su mundo pero dejó una ventana abierta. Por ella ingresé.

Conocí los abismos, sus abismos.

Cambió el querer por el desear.

Cambió audacia por una prisión interior.

Me arrastró.

Aunque fue al sillón del psico, no pudo ser salvado.

Sigue allí buscando consuelo.

Me atrajo su fuerza de imán oculto.

Él está ahí.

Él es 4R14N

El nivel de la depresión

La pecera se está vaciando.

El nivel “alto” marca que estás normal, solo se te nota un poco (Eros).

El nivel “medio” marca que esperás volver al sueño (Hipnos).

El nivel “casi vacío” marca que no podés decir lo que querés (Tánatos).

El nivel “vacío” marca que no podés más que llorar y encerrarte a pensar en el plomo viajando al cerebro (Kerr).

Este es el nivel de la depresión.

¿Qué tal estás hoy?

Este es el nivel de la depresión.

Psico prepara los bolsillos, te espera como un animal feroz, agazapado.

PSICO: - Hey, vamos, vení a mí.

- ¿Querés un pañuelo?

-Debemos vernos más seguido.

-Lo lamento, terminó la sesión. Nos vemos la semana que viene.

El vidrio está rajado…

La pecera se rompió…

Agua fluyendo (Caronte).

Septiembre

¿Quién dijo que todo cambiaría?

Los días por venir serían bajo un cielo azul, limpio.

Todo estaría bien.

Oh, sí, tan bien.

Pero el cielo se torna gris en la tarde…

Abriendo una ventana para ver al mundo,

solo el movimiento de mi mano.

Ayer mantenía viva la llama.

Hoy todo se derrumba sobre mí.

Fingí estar alegre, pero por dentro me marchito.

Quise llorar, pero no pude.

Me veo en mi propio entierro.

Llamo honor a matar y corro por campos sembrados de

tumbas.

¿Por qué septiembre trae esto consigo?

¿Por qué vuelve?

Me baño en lágrimas para intentar borrar el caparazón.

Me quiebro por dentro.

Un avión, pasajeras de otros reinos.

En el mar, naufraga la vida.

Un fuerte viento, azote de un Dios.

¿Y vos…?

Abriendo y cerrando la boca sólo para respirar.

Ahogo, ahogado.

No hay nadie que quiera hablarme.

No hay nadie que quiera jugar con el patito feo.

En la oscuridad de la habitación, la relampagueante luz

de los focos con la lluvia, dibuja sombras chinas fugaces

en el muro.

La música llama a los recuerdos.

Un avión, pasajeros de otros países.

En el mar, la canción de las sirenas llama al naufrago.

Un fuerte viento, fuerza de un Dios.

Y vos…

Es así, el sur

El verano en el aire.

El calor inunda las calles.

Alguien conocido que pasa y saluda.

Una mujer juega con su cuerpo, muestra lo permitido.

Y más…

Los autos rápidos, los autos lentos.

¡Autos!

Una señal color verde, una señal color rojo.

Gente que no sabe hacia donde va, gente que sí.

Alguien roba, alguien miente.

Alguien ama, alguien odia.

Alguien nace, alguien muere.

Es así.

El sur.

Calor – Mujer – Auto – Señal – Gente – Vive - Muere

En picada

¡El mar quiere tragarme!

¡El mar quiere que sea parte de él!

Oh, Dios, no quiero irme tan temprano.

Oh, Padre, sácame de esta red líquida.

Padre – Busca cuervo salvarte con tus alas. Mueve el cuerpo hacia la orilla.

¡El mar quiere tragarme!

¡El mar quiere que sea parte de él!

El agua salada quema mi garganta, no puedo aguantar.

¿Dormiré en el fondo marino?

¿Me encerrará el Umi Bōzu en el barril?

Cuervo – Adiós Padre, la red se cierra.

El agua se convulsiona.

El mar me devuelve.

¿Es temprano para irme?

Solo fue un aviso.

El mar quiso tragarme.

El mar me devolvió.

Soy indigno para él.

Niebla

¿Fue ayer cuando la noche asaltó mi alma?

¿Fue anhelar la muerte que transité hacia el fuego?

Caminé por campos nocturnos cargando una tormenta de ideas.

Volé por cielos nublados en el anochecer.

Caí alcanzado por las llamas que quemaron mis alas.

La niebla me ocultaba el horizonte, no podía guiarme.

Y seguí cayendo…

Estuve en el pozo de la nada.

La justicia tiene la balanza inclinada.

Abajo lo saben bien.

Aunque quieran que la noche del olvido borre mi memoria, no podrán.

No necesito la violencia, no necesito los aplausos.

No necesito misericordia, no necesito tu piedad.

No necesito gritar lo que vi.

¿Acaso no lo sabés?

Caminé por campos nocturnos, en mi tormenta.

Volé por cielos nublados en el anochecer.

Y mis alas se compusieron.

El Cuervo voló otra vez.

Nuevo objeto del deseo

-¡Conozco al nuevo objeto del deseo! - Gritó el señor Hueco.

- Está más allá de tus ojos –

Ni la nieve del invierno, ni el calor del verano.

Ni las aguas más dulces, ni el cielo más azul.

Nadie podrá decirte donde se encuentra.

Cruzando el parque, seguido por tus ojos, pregunté, pero nadie me respondió.

Solo una voz interior me repetía en bucle que buscara dentro mío.

En su habitación grité mi descubrimiento.

Hallé al objeto del deseo.

El viejo señor Hueco tosió y rió.

-Conocés al nuevo objeto de tu deseo.

-Está más allá de tus lágrimas.

Ni la nieve del invierno, ni el calor del verano.

Ni las aguas más dulces, ni el cielo más azul.

Nadie podrá decirte.

Nadie podrá cegarte.

Guía

Si me ves sentarme solo y mirar como que algo está por llegar, no te acerqués.

No podrás escapar.

Si pensás que podés cambiarme, caerás en el mismo error, el de siempre.

Te digo que paso un mal momento, que no voy a salir.

Un día reiré, todo estará OK.

Solo será un momento de paz.

Cuando te quieras acercar, pondré a funcionar mi escudo protector.

Otra vez caerás en el error, el de siempre.

Mis ojos no parecen mirar objetos.

Mis ideas no tienen sentido.

Cuando la situación no me guste, un gesto te lo dirá.

Cuando alguien me deseche, habrá muerto para mí.

Cuando alguien me quiere, lo buscaré sólo por ver su sonrisa complaciente.

Amo. Aunque no lo creas, soy un ser humano.

Te estaré vigilando, cada paso, cada gesto.

No descanso.

Si me tratás bien, ahí estaré.

Mis brazos cuelgan a los costados de mi cuerpo.

Mi boca nunca sintió el gusto del anhelo compartido.

Mis manos no reconocen el deseo de tu cuerpo.

Ensayando frases, soñé acercarme, pero nunca salieron del espejo.

Termino enfermando en sueños.

No te dejaré alejarte, te necesito.

No preguntes sobre mi futuro.

Mi caja de Pandora es mi pasado.

Mi signo es el de incógnita posado sobre mi cabeza.

No voy a llorar, mis lágrimas se secaron.

No hay antes ni después.

El hombre de hielo.

Nunca juegues con mi sentir.

No me juzgues, soy así desde el inicio.

Cargo con estúpidas comparaciones, con tristezas propias y ajenas.

Solo quiero que hablemos.

¿Lo harás?

Si me ves sentarme solo y mirar como que algo está por llegar.

Acercate si vas a aguantar, porque es muy fuerte el choque.

Solo puedo darte esta guía.

Solo puedo darte esta llave encriptada.

Mi llave.

¿La tomás?

Despertando

Desperté con una idea rondando en mi cabeza.

Me pregunté que había pasado últimamente.

Ayer sacudí mi viejo armazón llamado cuerpo.

Joven cuerpo inerte.

Ayer mis ojos fueron extraños en sus órbitas, en mi cara.

Dibujé sonrisas sucesivas como hace años no hacía.

Y hoy, por primera vez, me di cuenta.

Aunque la censura cerraba los caminos, los extremos de mi cuerpo se ordenaron en rebeldía.

Descubrí que estaba arrastrando mis pies.

Descubrí lo que queda de mi amor.

Dejé de lado mi eterna imagen de crucificado, planee el cambio.

Y hoy, por primera vez, me di cuenta.

Te quiero, lo repito dentro mío, en silencio.

La fuerza de la presión lo arrancará de raíz.

Mi miedo.

Querer es vivir, desear es esperar.

Llevo mucho tiempo esperando.

Perdiendo el tiempo con falsas promesas.

Y hoy, por primera vez, me di cuenta.

Despertando.

La reina miente

Creyó que hipnotizándome con sus ojos claros estaría siempre a su merced.

Buscaba el momento de clavar sus dientes en mi cuello.

Pero la reina miente, sus ojos la delatan.

En ella no hay deseo, no hay amor.

Colecciona bultos catalogados por belleza.

Bultos catalogados por dinero, por codicia.

Sólo un número más en su haber.

Sólo una conquista más.

Pero la reina miente, sus ojos la delatan.

En ella no hay deseo, no hay amor.

Logró engañarme, parecía amarme, parecía sentirme.

Casi envuelto en su mortaja, desperté.

Pero la reina miente, sus ojos la delatan.

El veneno escapa en su sonrisa cómplice.

En ella no hay deseo, no hay amor.

Es solo un témpano bien trazado.

Ni una, ni pocas, ni muchas

Ellas no eran personas.

No eran animales.

No eran…

Ni una, ni pocas, ni muchas.

Una masa sin forma, me acosaban.

Se reían en las sombras.

No eran…

Ni una, ni pocas, ni muchas.

Caras conocidas deformadas, voz distorsionada.

No eran…

Ni una, ni pocas, ni muchas.

Y me mentís, me seguís mintiendo.

Crees que seguiré el camino hacia la trampa.

Me cerrarás la puerta, conozco tu clase.

No seré…

Ni uno, ni pocos, ni muchos.

Podés confiar en mí, te escuché decir.

Y te creí.

Ahora sé cual era el precio, el precio que pagué.

Tu desprecio.

Ellas no eran desconocidas, no eran animales.

No eran…

Ni una, ni pocas, ni muchas.

Estás entre ellas, me siguen mintiendo.

Crees que seguiré jugando tu juego.

Lo sé, te irás cuando te aburras de jugar.

Conozco tu clase, buscan trofeos de caza.

Pero no soy, me fui.

No seré uno.

No seré poco.

No seré mucho.

Me fui.

Duele porque te quiero.

Te reirás al saberlo.

Me fui de tu vida.

Me fui.

Te fuiste antes.

Nadie te salvará

El viento hace golpear las puertas, lejos suena una sirena.

Peligro.

En un lugar alguien pregunta la hora o dice que está bien.

Tic tac en el reloj de pared o en mi corazón.

No sé.

En soledad, pensás en el pasado, en silencio.

Eso es lo que hacés, nada más.

Entonces oirás decir que es siempre la misma canción.

- Vamos, basta ya con eso, no sigas.

No les interesan tus problemas, no te sacarán para salvarte.

Nadie te calmará.

Recibiendo caricias como limosnas, saludos en fechas trazadas.

El teléfono sonará y será: - Que tal, ¿todo bien?

Seguirán hablando mientras ahogas el llanto, tan lejos…

Allá, del otro lado.

Nada se hace sin un precio, nada por nada, nada de nada.

En soledad pensás en el pasado, en silencio.

Y eso es lo que hacés, nada más.

Entonces oirás decir que es siempre la misma canción.

-Vamos, basta ya con eso, no sigas.

Nadie te salvará.

Digo que nadie me salvará.

Estoy diciendo que nadie nos salvará.

4d10s

Latió durante 20 años en su pecho.
No era el corazón.
Estuvo presente casi sin faltar un solo día.
Ganó su alma.
Hoy dijo basta, no da para más.
Y Arián se encerró en su mundo.
Y escuché al tren llegar y parar en su brazo.
Vagón por vagón entrando en sus rieles.
Adiós Arián, te vas de viaje.
Adiós. ¿Volverás o quedaré solo?
Escuché su respiración pausada, sin violencia.
¿Lo abandonaste para siempre?
No sos real, no sos humana.
Adiós Arián, te vas de viaje.
Adiós. ¿Volverás o quedaré solo?
Está en su mundo.
Pronto se derrumbará.

En el valle

Solo en tu valle.

Mullido piso verde, paredes grises.

Y ese cielo tan blanco.

Arrastrándose, buscando aire en las hendijas.

Apoyando una oreja contra el piso para escuchar más lejos los sonidos de la Tierra.

La Luna lo mira desde su cueva oscura.

Está aislado del mal extraño, pero no del suyo.

Se desgarra cada día.

Está solo en su valle.

Contra un rincón escribe su vida.

Contra la ventana, hoy está a salvo.

Y está en su valle, tan solo como siempre.

Estrellas arden en sus ojos.

Solo amó por dentro y llora en su rincón.

Arrastrándose, busca aire en las hendijas.

El fuego de su infierno privado consume sus fuerzas.

Y sus garras ya no se afirman al suelo.

Está en su valle, tan solo como siempre.

Boca arriba, mira al cielo.

Cielo blanco.

Ojos rojos.

Estrellas arden y mueren.

Sus intentos son inútiles.

Sigue desgarrándose.

Está en su valle, tan solo como siempre.

Duerme, mi niño viejo.

Alas quebradas de un caballo sin cascos

Charco nacido de lágrimas.

Ojos rojos, sueños volando.

La luz del sol no penetra las ventanas tapiadas.

La dosis por la vena.

Crecen sus alas, volando por el cuarto.

Mundos lejanos, sueños no confirmados.

Adiós al mundo, girando otra vez.

Caballo sin cascos, noche otra vez.

La alfombra son brasas, el infierno sigue ardiendo.

Papá está de viaje, conoce lindas señoritas.

Mamá está en la cama con sus amantes.

Un solo duro de guitarra.

La dosis va por la vena, crecen sus alas.

Volando por la habitación, la estúpida curiosidad humana.

Mundos lejanos, miedo a vivir.

Tapando inseguridades.

Tapando amores carnales.

Sueños no confirmados.

Adiós al mundo, girando otra vez.

Caballo sin cascos, noche otra vez.

Un solo duro de guitarra.

Agua corriendo por tuberías.

Papá se fue de viaje.

Mamá estaba en la cama.

Nubes de invierno, alas quebradas.

Elefantes muertos, caballos domados.

Un solo duro de guitarra.

Una sobredosis viajando.

Sin sangre, sin gritos.

Sueño, solo sueño.

El cuervo (Parte 1)

I) Conocimiento

Llegó el tiempo de decirlo a pesar de que todas lo saben.

Nadie jamás habla de ello.

¿Tendrán miedo?

Es esta la hora.

Este el lugar.

Delante del mundo.

Un pueblo vive en lo más denso del bosque.

Vive en casas de piedra.

Su ley es la guerra.

Ríen demencialmente.

Ríen sin sonido.

El viento es un gobernante autoritario

II) Historia

Entré por el camino que bordea el arroyo.

Olí fragancias conocidas a desconocidas.

Es que estaba cerca, tan cerca.

La luna desaparecía detrás de un mar de nubes.

Los pájaros vestían de luto.

Es que había llegado.

El silencio que solo rompía mi respiración agitada.

No había una sola ave que volara hacia el norte.

Y los pasillos me condujeron más allá de la medianoche.

El cuervo (Parte 2)

III) Líquido solar

El pasillo es estrecho, las paredes muy altas.

Temía no volver a ver el cielo.

Una luz cegó mis ojos.

El sol se licúa en el horizonte.

Llena con su líquido los moldes de las por nacer.

Sentados a la mesa, los dioses comen la ambrosía y beben el néctar.

Su inmortalidad yace en las letras impresas.

Apolo toca la lira, ejecuta un duro rock.

Hermes, mi protector, ríe.

Mi pulso se acelera, pero el sol ya no gotea.

IV) Atardecer

El tiempo se detuvo en mi reloj.

Ya no sé si es de día o de noche.

Alguien, detrás de la puerta negra, me susurró:

-Hoy es el día, hoy sabrás de que se trata.

Se fue por el pasillo hasta caer.

Quise llorar pero no pude.

En la plaza, la muchedumbre en silencio aguarda.

Mientras, a lo lejos, sus almas toman forma.

Caminé…

El cuervo (Parte 3)

V) Descubrimiento

Los niños tocaban mis ropas, probaban mi carne.

La muchedumbre se arrodilló ante la diosa.

Fino velo tapa su cara.

Levantándose de su trono de piedra, gritó:

-¿Quién puede enfriar sus cuerpos?

-¿Quién puede enfurecer al mar y al viento?

-¿Quién carga con varios cuerpos en el día?

Se quitó el velo y todas se desvanecieron.

Estoy frente a ella, de pie.

Todo desapareció y la cueva se volvió oscura.

VI) Juicio

¿Quién está a mi derecha? ¿Quién a mi izquierda?

Frente a mi, una sombra cuenta en voz alta mi vida.

Las campanas anuncia su llegada.

-Vamos a ver que mereces, Arián.

-Yo no soy Arián.

-¡Nunca me equivoco!

-Arián es mi hermano.

Desde arriba un haz de luz cegó mis ojos.

Estoy de vuelta en casa, pero Arián ya no está.

Otra víctima engrosa su cuenta.

Un número más.

Una víctima más.

Y a lo lejos, juro que escuché una voz que gritó:

- Larga muerte a la reina.

Años de tristeza

Perdí la dirección del camino de la felicidad.

Perdí tiempo en mostrar lo que no soy.

Siempre dije que todo llega.

Tan fácil es sentarse y esperar.

Pero nunca llega nada.

Hoy en la ciudad vi a una mujer cambiar dinero por caricias.

Vi a un “poli” recibir algo de cambio.

Vi a un sicario emocional cobrar sus servicios prestados.

Tuve que sonreír, pero adentro, muy adentro, algo me duele.

Los pescados me miran a través del vidrio.

Inocentes de la maldad que los rodea.

Sus grandes ojos vítreos, cansados de vernos y no entendernos.

Impresiona sus bocas destrozadas por los anzuelos.

Sangre sobre el plástico, agonía en su moribundo ronquido.

Tuve que sonreír, pero adentro, muy adentro, algo me duele.

Un zumbido me aturde, pensé en dividirme y soñé.

Atmósfera pesada, todo negro y las luces pegándome en la cara.

Sentí su mano tomar la mía.

Miré su cara y supe que jamás nos separarían.

Tuve que sonreír, pero adentro, muy adentro, algo me duele.

Algunas dicen que estoy alucinando.

Que soy el más tonto, que no sirvo para nada.

Que soy su amigo.

Todo mi mundo es el escenario de un teatro abandonado.

Represento muy bien mi papel.

Todo mi mundo es fantasía, estoy loco y soñé.

Castillos con vírgenes encerradas, dragones a vencer.

Guerreros en noche pesada matando perros.

Todo está en mi mente.

Tuve que sonreír, pero adentro, muy adentro, algo me duele.

Cerrado en mí, sé que son inofensivos los extraños intentos.

Espero no escapar, no sabría a donde ir.

Nunca podré decirte las palabras que esperas.

Tiemblo en cada paso que doy, en cada gesto.

Quiero gritar, pero no me deja.

Voy a beber para anestesiar la agonía.

Bailaré con la tortuosa mujer que me sedujo.

Que me elevó y me arrojó al abismo.

Escribiré lo que callé hace años.

Me desprenderé de mí, seré otro ser.

¿Un animal feroz?

Entonces sonreí, pero adentro, muy adentro, algo me duele.

Necesito golpear, golpear caras.

Necesito romper las etiquetas.

Necesito quebrar el grito de los amantes rasgando sus telas.

Alguien noche a noche está en mis sueños.

No tiene nariz ni ojos, pero sus aletas de vivos colores tapan sus defectos.

¿Es eso lo que soy?

No, soy el arlequín que hace reír.

No, soy el espantapájaros que a la hora de avanzar, está clavado en la tierra.

Necesito golpear, golpear caras.

Necesito romper etiquetas.

Necesito quebrar, sentir el gripo de los amantes.

Perdí tiempo en mostrar lo que no soy.

No quiero estar solo.

Ayer juré que sería mía.

Nos acostaríamos envueltos en nuestros brazos.

Perdí la dirección del camino de la felicidad.

Entonces sonreí, pero adentro, muy adentro, algo me duele.

Como un cáncer, ella tomó mi cuerpo.

Buscaré una voz que me guíe en el silencio.

Deseo que seas vos.

Pero callarán.

Y cuando llegue el final, espero no nombrarte.

Espero no buscar a los que alguna vez odié.

Y contemplando la lápida, alguien reirá.

Como ahora, como siempre.

Comienzo en el fin

Todo se disolverá como una pastilla en una gran boca.

¿Es la vida que nos prometieron?

Y Arián se fue, no aguantó la presión.

Se seguirán riendo de mí, de vos, de todas las personas diferentes.

Marginadas por sensibilidad extrema.

Lo hicieron a su medida, no se admiten anomalías.

El Cuervo seguirá volando.

El Cuervo seguirá contradiciendo sus vidas.

Y Arián se fue como te querés ir.

¿No lucharás una última batalla?

¿Seguirás alimentando tu orgullo de entrepierna?

Es este el fin en el fin.

Vos sos Arián, vos sos el Cuervo.

Verás que no hemos terminado.

Vos sos Arián, vos sos el Cuervo.

Y miles están naciendo.

Es el comienzo en el fin.

Es el comienzo.